jueves, mayo 21, 2009

"En la vacilación hay pensamiento. Con la demora surge el esfuerzo por un estilo; y se posterga el salto sobre la verdad, único estilo por el que vale la pena batirse a muerte o cazar tigres."

El Zen en el arte de escribir, de Ray Bradbury, leído por Ismael.

Llamadme Ismael
"Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que..."
Eso, eso, a arponazo limpio.

lunes, mayo 18, 2009

Ah, día aciago.
Benedetti ya no está.
Y eso quiere decir que ya no existe, por ejemplo:

INTERVIEW

"No es ninguna molestia
explicarle qué pienso
del infinito
el infinito es
sencillamente
un agrio viento frío
que eriza las mucosas
la piely las metáforas
le pone a uno en los ojos
lágrimas de rutina
y en la garganta un nudo
de sortilegio
seguramente usted ya se dio cuenta
en el fondo no creo
que exista el infinito.

Bueno sobre política
jesús
sobre política
mi bisabuelo que era liberal
espiaba a las criadas en el baño
mi abuelo el reaccionario
extraviaba la llave de sus deudas
mi padre el comunista
compraba hectáreas con gesto de asco
yo soy poeta
señor
y usted debe saber que los poetas
vivimos a la vuelta de este mundo
claro que usted quizá no tenga tiempo
para tener paciencia
pero debe conocer que en el fondo
yo no creo en la política.

Por supuesto el estilo
qué pienso del estilo
una cosa espontánea que se va haciendo sola
siempre escribí en la cama
mucho mejor que en los ferrocarriles
qué más puedo agregar
ah domino el sinónimo
módico exiguo corto insuficiente
siempre escribo pensando en el futuro
pero el futuro
se quedó sin magia
me olvidaba que usted
ya sabe que en el fondo
yo no creo en el estilo.

El amor el amor
ah caramba
el amor
por lo pronto me gusta
la mujer
bueno fuera
el alma
el corazón
sobre todo las piernas
poder alzar la mano
y encontrarla a la izquierda
tranquila
o intranquila
sonriendo desde el pozo
de su última modorra
o mirando mirando
como a veces se mira
un rato antes del beso
después de todo
usted y yo sabemos
que en el fondo
el amor
el amor
es una cosa seria.

Por favor
esto último
no vaya a publicarlo."

O sí que existe, o existe AHORA con más ganas que antes; ganas de ser como el chaval que por primera vez leía a Benedetti, o le leía Benedetti a alguien, o incluso se dejaba leer Benedetti (los más suertudos) por alguien.
Y, por cierto, no sé qué cuerno pinta la palabra "modorra" ahí en medio pero siempre me hizo reír este poema, risas y, como decía esta mañana un buen compañero, "anda que no le debo yo nada a Benedetti", algunas madrugadas a traición le debemos, y no madrugadas de lectura candil en mano y capa embozada precisamente, más resfriantes, en realidad.

Por otra parte, día aciago,
aciago
que hace enfurecer al apaciguador de bueyes y le obliga a soltar estas cosas que también me recordaron a mí cuando era un imbécil y creía que sabía algo y para que todo el mundo lo supiera lo expulsaba a voz en grito en cuanto salía de un cine o cerraba un libro, envuelto en las babas de mi arrogancia, mi ignorancia y mi vagancia.

http://www.elpais.com/videos/cultura/Boyero/pelicula/Lars/von/Trier/provocacion/barata/elpvidlmv/20090518elpepucul_2/Ves/
(ver el vídeo, que es lo gracioso)

Y además, resulta que esto
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/campana/Obama/triunfo/comunidad/elpeputec/20090518elpeputec_1/Tes Y no sé si sirvió para gran cosa, o como presumo en este día tonto y decepcionante en el que se fue el viejo de Mario, sirvió para organizar una enorme nada muy lucrativa y hueca, y ahora va y me acuerdo de Benedetti otra vez, y su Oda a la pacificación, y me siento una pizca menos joven y más solo e igual de engañado, sólo que ahora comienzo a darme cuenta,
creo.

Ah.

martes, mayo 05, 2009

Aún con ropa que lavar, fotos que convertir y páginas del cuaderno que pasar a limpio, aún con la dorsal encogida, aún, la zarpa de VIDACOTIDIANA ya me ha metido el diente bien dentro , hija de puta, ese bullicio que me deja tan lejos de lo que quiero de veras, el único puñado de cosas que quiero de veras.
Me queda el refugio de los días pasados, tan hermosos. Las mujeres desnudas en la playa, yo vestido y con cremallera hasta el cuello como uno de esos trajes que se ponen las dos muditas de allá abajo. La rabia contra dos mil enemigos, cada vez más numerosos y cercanos.

Y en cambio:
la ondulación del tapiz azul el vino a diario la sábana Onetti la roca
Esas cosas.

Y tomárselo así de despacito.

O así de rápido.
Llevo años yendo y pocas veces he visto entrar mar de verdad en esa playa. Esta vez fue así, era un parque de atracciones para los muchachos, se reían a carcajadas tirándose por los toboganes. Clea se dejaba el dedo en el disparador y yo me dejaba las rodillas en la roca.


Ellos se llevaban las mejores, claro. Yo, que soy torpe y lento, me conformaba con verlos zumbar a mi lado y lanzarme en alguna menina.

Días hermosos, no hace ni cuarenta y ocho horas, y parecen cien años. No tengo remedio. Padezco una melancolía feroz e insana.


Todo sigue en su sitio allá. Igual de divertido y raro. Ya les cuento, pronto. Ahora los ojos cansados de sol y carretera.